viernes, 29 de junio de 2012

Sueño que duermo. (29/junio Día mundial del sueño feliz)


De las frases que más te repiten durante el embarazo es: "duerme, porque no volverás a dormir". Y vaya que tienen razón. Pero aunque uno durmiera los 9 meses nunca se estaría completamente "descansado" para sobrellevar lo que viene cuando nace el bebé. Entre la adrenalina y la emoción al principio uno es "super woman", no paramos día y noche atendiendo al bebé (y a las visitas) y pareciera como si no nos afectara, a veces, hasta nos damos el lujo de hacer cualquier otra actividad cuando el bebé duerme, en lugar de hacer lo mismo. Sin embargo, al paso de las semanas, o los días, el cansancio va haciendo mella en nosotras. El humor para con los demás no es el mismo y comienzan a existir sentimientos de frustración. Porque nos damos cuenta que si somos las super woman, pero también las heroínas necesitamos dormir.
Yo, hasta hace unos meses, me preguntaba si algún día volvería a dormir más de 3 horas seguidas...
Desde el día que bbzote nació su único alimento durante los primeros 7 meses fue la leche materna a libre demanda, así que lo más normal era que estuviera junto a mí. Los primeros 3 meses, se supone que su lugar de dormir era en el moisés, pero como se pegaba a la chichi sin límite de tiempo miles de veces me sorprendí dormida en la mecedora con el encima dos horas después de haberme sentado ahí. Como la gran mayoría de los bebés, bbzote dormía de día y tenia más actividad (comer) de noche. Sus siestas en el día las hacia sobre mi cama, o en su moisés, o sobre la panza de papá, o sobre mi, o sobre su cojín... En la noche cuando conseguía no quedarme dormida en la mecedora, lo metía a su moisés pero no tardaba mucho en pegar el grito para que lo sacara y me lo volviera a pegar. Y así. Finalmente nos despedimos del moisés y le dimos la bienvenida a la cuna viajera. La colocamos al pie de nuestra cama y dormíamos con los pies dando a la cabecera para quedar más cerquita de el. A veces me quedaba dormida con una mano dentro de la cuna después de haberle estado dando palmaditas. Sin embargo, era la misma historia. Le daba su chichi, se quedaba dormido, lo pasaba a la cuna y una o dos horas (máximo) después pedía que lo sacara para volver a comer. Solo en dos o tres ocasiones durante 7 meses nos sorprendió durmiendo 4 horas, eso era todo un acontecimiento. Bbzote para los 7 meses ya comía papillas y cereal, y seguía con la leche materna a libre demanda. Todos me decían que cuando comenzara a comer (aja, y antes ¿que hacia?, no comía ¿o qué?) dormiría más pero no fue así. Tampoco importaba si dormía tres o dos o una siesta durante el día, o si habíamos tenido mucha o poca actividad, o si hacia frío o calor, o si dormía boca abajo o de lado, o si lo bañaba con melisa, o lechuga o ponía una tijera bajo el colchón o le pasaba un huevo por la cabeza, o si tiraban el pañal a la azotea o si... cualquier cosa. Para esas fechas, en el momento en que bbzote tomaba una siesta yo la tomaba junto con el, sin importar la hora o los pendientes que tuviera. Simplemente nos dormíamos. Sin esas siestas me pude haber vuelto loca. A los 9 meses me canse de dormir sentada y de pararme N cantidad de veces durante toda la noche, así que lo pase a nuestra cama y todo el mundo volvió a exclamar: "ahora si dormirá mas". Pues no, ahora se pegaba a la chichi toda la noche. Toda la noche. No exagero ni miento. Dormido comía. Ni siquiera abría los ojos, solo se me pegaba y se enchufaba. Y yo que nunca me acomode a darle chichi acostada pues me contracturaba toda. Además de que es mal dormido, porque se mueve mucho, así que hasta al papá contracturaba. Mi marido en una esquina, bbzote en medio a sus anchas y yo en la otra esquina. Y así pasaron los días, las semanas y los meses... Mal durmiendo. Mi cansancio era extremo. La paciencia con mi hijo siempre estuvo presente, pero no para los demás. Apatía, mal humor, coraje, frustración, impotencia eran sentimientos constantes y me desquitaba con los demás. El blanco más próximo siempre era (y sigue siendo) mi marido. El, queriendo ayudar, muchas veces le fue peor. Cero paciente con el y con los demás… Platicando con otras mamás respecto a sus experiencias me daba cuenta de que cada bebé es distinto y más en el tema del sueño. Hay los que duermen toda la noche desde los primeros meses y otros que poco a poco van aumentando el número de horas consecutivas que duermen. Y también los hay como bbzote, que despiertan cada dos, o tres, o cuatro, o cinco horas para comer o jugar o solo buscando a mamá. También busque información en Internet. Leí diversos artículos que recomendaban mucho el “eficaz e infalible” método del Dr. Estivil descrito en su libro “Duérmete mi niño”, pero también encontré muchos artículos que lo mal recomendaban y que lo señalaban como un método cruel y deshumanizado. Decidí buscarlo y leerlo para hacerme de una opinión propia. No lo termine. Dejar llorar a mi hijo con cronometro en mano y hablarle sin tocarlo no es para mi. No puedo, soy débil, manipulable, blanda… como gusten, simplemente no comulgo con eso. También leí el libro “Bésame mucho” del Dr. Carlos González y en la segunda parte habla del porque los niños son así, porque quieren estar en brazos, porque no quieren dormir y muchos otros porqués que nos hemos preguntado en algún momento todos los padres del mundo. Y sus explicaciones me parecieron llenas de sentido común. Sentí que comprendí la naturaleza del porque Bbzote no dormía de corrido y el porque de su necesidad de mi, y eso me tranquilizo. Obvio, yo aun literalmente soñaba con dormir más horas.
Pocos días antes de que bbzote cumpliera un año tuve una crisis anímica derivada de mi falta de sueño. Me agote mentalmente. Sentí que necesitaba intentar una vez más hacer algo para que durmiera más horas. Lo comente con mi esposo y coincidimos. El, sin haber leído a Estivil, sugirió que lo pasáramos a su cuna y si lloraba yo no acudiera a su llamado sino fuera el, pero que le diéramos un tiempo para ver como reaccionaba. Yo me opuse, le dije que me dejara intentar primero algo y sino funcionaba haríamos lo que el sugería. Acepto. Yo no tenía idea de que era ese “algo” ni tampoco que lo haría funcionar. Le llame desesperada a Amy (mi consultora de lactancia y crianza), le conté que estaba al limite. Vino y platicamos respecto a un plan de acción que no tuviera nada que ver con dejarle llorar ni hacerlo pasar por ninguna situación de estrés. Detectamos que bbzote me había agarrado de chupón. Yo muchas veces en son de broma lo comente, pero realmente así era. El solo hacia dos tomas de leche materna a conciencia, las decenas de veces que se pegaba durante el día eran cosa de un minuto y listo, a veces ni siquiera mamaba, solo la agarraba y ya. Decidí únicamente darle una toma de leche materna antes de dormir y nada durante la madrugada ni el día. Además decidí pasarlo a su cuna en su habitación. Esa misma noche que Amy vino a conversar se quedo para ver mi rutina para acostarlo. Lo cambie, le puse su pijama, prendí su lamparita y su perrito Scott (tiene música para dormir), me senté en la mecedora, lo recosté sobre su cojín de lactancia, se pego a su Chichi y no tardo mucho en quedarse dormido. Amy, desde su esquina, sugirió que lo acostara pero con todo y el cojín de lactancia, y así lo hice. Subí el barandal de la cuna, prendí la cámara del monitor y nos salimos de la habitación. Amy se fue y cuatro horas más tarde le estaba informando por whats app que había despertado (cuatro horas, ¡super bien!), le cambie el pañal, lo saque y me senté en la mecedora con el (sobre su cojín de lactancia) y en lugar de pegármelo a la chichi le ofrecí una mamila de 4 oz. No protesto, se la tomo y se volvió a dormir. Volví a recostarlo en su cuna y me salí. Tres horas después se levanto y como ya iba a amanecer lo pase a mi cama y se durmió otras tres horas. Ma-ra-vi-llo-so. Para ser la primer noche en su recamara el solito me parece que nos fue super bien. A partir de ese día duerme ahí. Poco a poco lo destete por completo. Ya no tengo que acostarlo sobre el cojín de lactancia al pasarlo a su cuna una vez dormido. Cuando me va mal, se despierta dos veces pero duerme de corrido cuatro horas. Cuando me va bien, duerme de corrido hasta siete horas, se levanta y lo paso a mi cama y se duerme tres horas más. Sigue siendo desvelado. Su hora de dormir es entre las 22:00 y las 23:30 pero es porque nosotros también somos desvelados y somos pata de perro, a veces andamos en la calle hasta tarde. Ya solo hace una siesta durante el día de dos horas aproximadamente y lo recuesto en mi cama para que diferencie su siesta de la hora de dormir.


Me siento satisfecha en este aspecto. Yo, que máximo dormía tres horas seguidas, me siento en la gloria. Y más porque todo se logro sin una sola lagrima y sin un solo grito de angustia ni de bbzote ni mío. Todas las noches tiene una sesión de juego y risas con su papá y después una sesión de besos y arrullo en brazos de mamá. Lo disfruta el y lo disfrutamos nosotros. No cambio por nada ese momento en que se acurruca entre mis brazos y se queda dormido.
Soy lo último que ve por la noche y lo primero que ve en el día, pero si quisiera verme durante algún momento de la madrugada ahí estaré y el lo sabe. Es mi hijo y no tengo porque no acudir a su llamado, sea por pañal sucio, por hambre, por un mal sueño o simplemente porque se acordó de mí y quiere verme. ¿Hay algo más tierno que eso?
A las madres que ahora se están preguntando si “volverán a dormir de corrido algún día”, les respondo que sí. Cuando sus hijos estén listos lo harán. Y para estar listos necesitan amor, paciencia y respeto, no un cronometro ni indiferencia.