20 de agosto del 2012
8:00 a.m.
Despierto y rapidamente me dirijo a bañarme, no sin antes dar un vistazo al monitor para cerciorarme que bbzote sigue durmiendo. Me arreglo y bajo a preparar su mochila: una botellita de agua, un paquetito de galletas María, dos chupones, la medida de la leche y la mamila lista con agua calientita.
8:25 a.m.
Entro a su recamara y con voz "tierna" comienzo a decir: "buenos días papilindo, ya es hora de ir a la escuelita" y así hasta que despierta, sonriente y hablantin como todos los días. Le ofrezco su leche y mientras se la toma aprovecho a cambiar pañal y poner calcetas. Una vez que termino de tomarla, lo subo a su cambiador y le pongo su short y playera del uniforme y sus tenis blancos. Y procedo a peinarle sus rizos rebeldes. Si aunque nadie lo crea. Mientras todo esto ocurria yo le platicaba que sería su primer día de ir a la escuelita, que conocería a sus misses y que estaría junto con otros bebes de su edad, que jugarían y cantarian y que despues de un rato mamá y papá regresariamos por el para traerlo de vuelta a casa. Finalmente regreso mi marido del trabajo y los tres juntos nos dispusimos a llevarlo a su escuela.
8:50 a.m.
Llegamos a la puerta de la escuela y alegremente su miss abrio la puerta del auto para darle los buenos días, le desabrocho el seguro de su silla, le entregue su mochila y le deseamos buenos días, suerte y le repetimos que pronto volveriamos por el. Desde el momento en que abrieron la puerta y se dio cuenta que lo bajaria su "extraña" miss comenzo a llorar desconsolado. Y a mi a hacerseme un ocho el corazón. Lo bajaron en brazos hecho un mar de llanto y mi esposo arranco y nos fuimos.
9:00 a.m.
Desayunamos en una cafeteria a dos cuadras de la escuela ya que debiamos de recoger a bbzote una hora y media despues de haberlo dejado ya que la primer semana sería de adaptación y solo se les dejaba por corto tiempo. Así como nosotros varias mamás hicieron lo mismo. Que caso alejarse más para tan corto tiempo. A parte que todos queriamos regresar puntuales por nuestros retoños.
10.30 a.m.
Puerta de la escuela esperando a que nos entregaran a nuestro bbzote... Dos minutos después lo vimos caminar hacia nosotros con una cara de pocos amigos. El reporte de la miss fue:"Lloro bastante, pedia que lo cargaramos, por ratitos se calmo e hizo este trabajito (me extiende un dibujo con 2 rayas hechas por el con una crayola de color azul), es normal, vera que con los días va mejorando, hasta mañana".
El segundo día fue igual excepto que cuando me lo entregaron a la hora de la salida era un bulto, mi bbzote estaba realmente abatido y yo en depresión total. Tercer día, lo mismo. Y así durante casi 15 dias. En la tercer semana cuando llegabamos a la puerta de la escuelita y le abrian la puerta para bajarlo comenzaba a lloriquear pero le extendia los brazos a la miss y a la hora de la salida me lo entregaban muy contento. En la cuarta semana el chaparrito dejo de llorar, empezo a asistir en horario completo (4 hrs) y a mi corazón se le deshizo el ocho.
Cuando me entere que estaba embarazada tomamos la decisión que debiamos inscribirlo cuanto antes a la escuelita y no esperar hasta enero, para que se adaptara a esa rutina y no sintiera que lo enviabamos ahi porque su hermana habia llegado. Pero nunca pense que el proceso de adaptación le resultara tan dificil y con mi carga hormonal para mi también lo era. Por fortuna, la paciencia de las misses y las platicas con otras mamas ayudaron a que no claudicara, porque estuve muy tentada a sacarlo.
A seis meses de su entrada a la escuelita estoy convencida que fue una excelente decisión haberlo inscrito. Habla mucho más, sus habilidades motrices se perfeccionan día a día, socializa muy bien y ha aprendido muchisimas cosas. Todos los días nos sorprende con algo nuevo. Ahora todos disfrutamos de ese caminito de la escuela.
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