El día que mi sueño se cumplío fue hace exactamente un año... Era una noche de martes e hice lo mismo de siempre: Desmaquillarme los ojos, darme un baño, fumarme mi riguroso "ultimo cigarrito", cepillarme los dientes, ponerme la pijama, ver un ratito tele acostada junto a mi "amorcito", cerrar mis ojitos y dormir...
Al día siguiente era mi día preferido: miércoles, el ombligo de la semana y mi día de descanso otorgado por mi misma. Los miércoles me permitía levantarme más tarde de lo normal, tal vez hasta faltar a la oficina, obviamente no pararme por la universidad porque era el único día que no me tocaba dar clases... Darme manicure y pedicure, bobear en las tiendas, salir a comer con mi marido, etc. eran actividades propias de los miércoles. Pero el miércoles de hace un año atrás fue diferente. Hermosamente diferente.
Eran casi las 11 de la mañana cuando decidí levantarme, darme un baño y arreglarme para salir de casa. Mi marido andaba desde temprano trabajando por lo que no nos habíamos visto, le pinie para darle los buenos días e informarle que iría a darme pedicure y que regresaría para recogerlo e irnos juntos a una comida con una amiga y su hija. Sin embargo, curiosamente el salón de belleza estaba cerrado.
Mi primera opción fue regresar a casa, esperar 2 hrs. e irnos a la comida pero decidí hacer algo más productivo. Pase a la farmacia y compre una prueba de embarazo. Me acuerdo que me fije muy bien en el nombre de la empleada que me la vendio: Reyna (como mi suegra). Tenía 3 días de retraso pero como ya en otras ocasiones había sucedido y nada pues no estaba tan ilusionada. Llegue a mi oficina, me senté en mi escritorio, prendí la pc, cheque pendientes, empeze a platicar con mi "gente" y por fin quise hacer pis... Me dirigí al baño con mi cajita escondida en la blusa, un cigarro y mi encendedor, entre, cerré la puerta y pensé: "Si es negativo lo prendo. Que sea lo que tu quieras". Y así espere los rigurosos 3 minutos, con la prueba en una mano y el cigarro en la otra. Pasados los 3 minutos tire el cigarro en la taza. La prueba era POSITIVA. Desde entonces no enciendo un cigarro. Salí del baño con una sonrisa en la cara y la prueba en la mano, mi "gente" me felicito. A mi me picaba por marcarle a mi marido y gritarle que iba a ser papá hasta dejarlo sordo pero me aguante como las machas. Gracias a mi asistente conseguimos que me hicieran un análisis de sangre y que me lo entregarán casi al instante. Confirmado: ¡estaba embarazada! Gracias a Dios mi sueño se cumplió! Corrí a una plaza y compre algunos artículos de bebé: mamila, pañal, talco, chupón, una jirafita de tela amarilla y una playerita verde que decía: mom+dad=me. No pude escoger mas cosas ya que mi marido estaba voltronizado marcándome porque ya estaba en casa esperándome. Agarre todo, lo metí en una caja de herramientas y en el sobre de los análisis le escribí: "estas son tus nuevas herramientas". Cuando llegue a la casa, le entregue la caja y la abrio; no entendia nada hasta que vio el análisis. Enloquecimos juntos de felicidad. Lo que tanto deseábamos se cumpliría tener un hijo.
Lo demás se lo deben imaginar: compartir la noticia con familiares, amigos, personas que nos quieren y a las que queremos.
Así comenzaron las felices 38 semanas de espera de mi chaparrito. Apartir de ese día cambie los cigarros por los halls, tutsis y miguelitos; la coca cola por la jamaica, el agua o la manzanita; los tacones por flats o sandalias; las mañanas de estres por las mañanas de relajación en yoga; y tantos cambios POSITIVOS que trajo la noticia de la llegada de mi hijo a mi vida. Hoy hice lo mismo de siempre desde hace 4 meses: bañar, dar masajito, arropar y pasar el tiempo que sea necesario alimentando a mi bebé mientras veo la tele junto a mi amorcito. Que bonito es comprobar que el deseo que pedimos antes de dormir lo tendremos cumplido al despertar.
Buenas madrugadas.
Felicidades prima muy bonito tu blog
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